Para entender mejor por qué ciertos dolores aparentemente musculoesqueléticos tienen un origen visceral debemos recurrir al estudio de la Anatomía y la Embriología.
Cuando un embrión se está formando en el útero materno se forman lo que llamamos metámeras y que están muy relacionadas entre ellas. En estas metámeras se incluyen:
1. El esclerotoma, parte correspondiente de tejido óseo
2. El miotoma, parte correspondiente de tejido muscular
3. El angiotoma, parte correspondiente de tejido vascular
4. El dermatoma, parte correspondiente de tejido dérmico
5. El viscerotoma, parte correspondiente de tejido visceral
Esto hace que en la persona adulta haya una correlación de cada nivel metamérico embrionario, habiendo relación entre una parte de hueso, una zona de piel, una determinada musculatura, una parte de tejido vascular y una víscera, asociadas al mismo nivel vertebral.
Así, por ejemplo, un dolor de espalda puede estar relacionado con el estómago. Pensemos que D5 es un nivel vertebral en la zona dorsal que relaciona:
1. la sensibilidad al palpar la vértebra D5
2. la musculatura intercostal de la 5ª y 6ª costillas
3. la vascularización de la región de D5
4. la sensibilidad dérmica en la parte media de la espalda
5. el estómago
Si tenemos un problema funcional del estómago es probable que encontremos dolorosa la palpación de la vértebra D5, que la piel en el dermatoma de D5 sea sensible (zona entre las escápulas), que la vascularización de esta región sea deficiente y que la musculatura correspondiente esté débil. De la misma forma, si tenemos una disfunción de movilidad en la vértebra D5 es probable que encontremos problemas funcionales en el estómago.
Por tanto, es imprescindible abordar al paciente en su globalidad y pensar así a la hora de hacer el diagnóstico del problema por el que nos consulta. Si nuestro diagnóstico es preciso, el tratamiento también lo será y nuestro paciente mejorará de forma considerable.
La Osteopatía visceral tiene como objetivo mejorar la función de todas las vísceras del cuerpo. Algunos de los problemas habituales que trata son:
• Digestivos: hernia de hiato, acidez, reflujo, estreñimiento, congestión hepática, gases,…
• Ginecológicos: dismenorrea, amenorrea, problemas de fertilidad, dolores en el coito, malposiciones uterinas, disfunciones post-parto, prolapsos,…
• Urológicos: problemas prostáticos, incontinencia,…
• Respiratorios: bronquiolitis, disfunciones respiratorias, secuelas de pericarditis,…
El diagnóstico se basa en los datos obtenidos en la historia clínica, las pruebas médicas que pueda aportar el paciente y la exploración.
La terapia es manual y no dolorosa, dirigida a recuperar la movilidad normal de las vísceras y mejorar su funcionamiento. Para ello se debe revisar la zona vertebral relacionada con el órgano en cuestión, revisar que la vascularización sea correcta y que los tejidos que la rodean no impidan su buen funcionamiento (por ello es importante revisar si hay cicatrices en esa zona).
El tratamiento puede completarse dando consejos útiles para la vida diaria o colaborando con otros profesionales, como un nutricionista.