Se observa una posición característica de la cabeza del bebé en la que lleva la oreja hacia el hombro del mismo lado y que gira la cabeza hacia el lado contrario. El bebé mantiene esta posición fija. A veces, esta postura no es tan exagerada, pero observamos que el bebé no gira la cabeza igual hacia un lado que hacia el otro, como si estuviera más cómodo siempre en la misma posición.
Esto ocurre por un acortamiento de las fibras del músculo esternocleidomastoideo, ya sea por una postura inadecuada en la vida uterina o por un gesto forzado en el parto. Si palpamos los músculos de ambos lados del cuello podemos notar más tensión en el lado del tortícolis, incluso una especie de pequeño nódulo.
Es importante que se detecte esta patología y que se trate lo antes posible, ya que puede acabar derivando en una deformidad craneal llamada plagiocefalia (ver nuestro artículo sobre la plagiocefalia) o más adelante en problemas de centraje mandibular provocando una mordida cruzada o problemas de centraje de la vista provocando un estrabismo.
La posición recomendada para el bebé durante el sueño es boca arriba y esto significa que si tiene una posición fija de la cabeza por el tortícolis, siempre apoyará el mismo lado del cráneo y recibirá más presión. Una presión mantenida durante mucho tiempo en la fase de crecimiento del cráneo puede llegar a producir un aplanamiento de la zona en cuestión. Todo ello lleva consigo un desplazamiento del resto de huesos craneales y las características típicas de la plagiocefalia.
TRATAMIENTO DEL TORTÍCOLIS: PREVENCIÓN DE LA PLAGIOCEFALIA
El tortícolis congénito se puede tratar con técnicas fisioterápicas y osteopáticas. El tratamiento consiste en una serie de estiramientos, masajes y ejercicios para relajar la musculatura afectada y para incentivar que el bebé gire la cabeza hacia el lado contrario a la lesión. Por otra parte, la osteopatía nos permite normalizar otras estructuras como el cráneo.
En la base del cráneo hay dos pequeños agujeros (agujeros rasgados posteriores) por donde salen los nervios espinales. Estos nervios son los que se encargan de inervar el músculo más implicado en el tortícolis, el esternocleidomastoideo y también inervan el trapecio, otro músculo a tener en cuenta en estas patologías. Estos agujeros a veces están un poco cerrados por tensiones en el nacimiento, posturas inadecuadas, contracturas musculares, etc. por lo que la salida de los nervios espinales puede estar dificultada y su función alterada. Trabajando las tensiones en el cráneo se pueden liberar los agujeros y con ello hacer que la salida de los nervios espinales no se vea afectada. Así, los músculos citados recibirán la inervación correcta.
El trabajo del osteópata tiene otra finalidad importante, que es prevenir la plagiocefalia o tratarla si ya ha comenzado el proceso. Las técnicas que se usan en osteopatía son manuales, suaves y no dolorosas. Su meta es equilibrar las tensiones craneales para que el crecimiento del cráneo sea el correcto y evitar las deformidades. Se recomienda el uso de una almohada especial que reparte las presiones de forma homogénea en la parte posterior de la cabeza.
TRATAMIENTO EN CASA
Puesto que el bebé pasa muchas más horas en casa que en la consulta del osteópata, es importante que los padres aprendan unas pautas de tratamiento que pueden hacer diariamente. Estas pautas consisten en una serie de normas posturales, estiramientos y consejos, como el uso de la almohada especial, que se deben aplicar diariamente. El osteópata se encarga de enseñar estos ejercicios y supervisarlos para su correcta realización.